El ejercicio
breve e intenso mejora la memoria. Así lo han demostrado investigadores del Centro de
Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California. Sus
conclusiones se publican en el último número de la revista Journal of
Alzheimer's Disease.
Los neurobiólogos realizaron un experimento para
tratar de descubrir qué efecto surtía pedalear sobre una bicicleta estática durante
6 minutos al 70% de la capacidad máxima después de visualizar una serie de
fotografías de naturaleza y animales. Cuando una hora después a los sujetos se
les sometió por sorpresa a un test de memoria sobre las imágenes que habían
visto previamente, los resultados mostraron claramente que quienes habían hecho
ejercicio físico tenían mejor memoria que quienes no habían hecho deporte. Los
sujetos participantes tenían edades comprendidas entre 50 y 85 años. Sabrina
Segal y sus colegas californianos lo atribuyen a que mientras practicamos un
ejercicio físico intenso se libera norepinefrina, un mensajero químico
del cerebro que juega un papel importante en la modulación del aprendizaje y la
memoria.
“Con una población cada vez más envejecida,
necesitamos averiguar cómo mejorar la calidad de vida y prevenir el deterioro
mental”, afirma Segal, que confía en que el ejercicio sea una de las respuestas.
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