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¿Aguja o tijeras?

 


Un rey fue un día a visitar al gran místico sufí Farid. Inclinándose ante él le ofreció un regalo de gran valor, un objeto de rara belleza: unas tijeras de oro con diamantes incrustados. Farid tomó las tijeras, las contempló y se las devolvió al do­nante diciéndole:

-Gracias, señor, por este regalo tan pre­ciado. El objeto es magnífico, pero no ten­go en qué usarlo. Dame mejor una aguja. No tengo nada que hacer con unas tijeras.

-No comprendo nada, dijo el rey. Si ne­cesitas una aguja, ¡también necesitarás unas tijeras!

- No -explicó Farid-, las tijeras cortan y separan. No las necesito. Una aguja, por el contrario, vuelve a coser lo que estaba roto. Mi enseñanza está fundada sobre el amor, la unión, la comunión. Necesito una aguja para restablecer la unidad. Las tijeras rompen y distancian. Tráeme una aguja ordinaria cuando vengas a verme.



Chiste del jándalo

 


Un jándalo contaba días atrás un chiste.

La mujer que le dice a su marido: 

«Juan José, he soñado que pasaba toda la noche en Mercadona».

«Pues yo también he tenido un sueño extraño. Que he pasado toda la noche en la cama con tres mujeres».

«¿Estaba yo entre ellas?».

«No, tú estabas en Mercadona».


Muerto el perro se acabó la rabia



¿Cuál es el origen del refrán: Muerto el perro, se acabó la rabia?

Muerto el perro, se acabó la rabia” es un refrán que tiene su origen en un hecho cruel. Se trata del sacrificio de perros rabiosos. Esta práctica se llevaba a cabo con el fin de evitar que esta enfermedad se siguiera propagando pues antiguamente se creía que matando al perro que había mordido a alguien se evitaba el contagio de la rabia que este padecía.

En la actualidad esta frase no se aplica de forma literal, por lo que no hace referencia a la muerte de ningún animal sino que se utiliza para decir que en ocasiones se deben tomar medidas radicales para ponerle fin a un problema poniéndole fin al factor que lo causa.

Al terminar con el factor causante, entonces también se acaba con sus efectos o consecuencia.


Fuente: El Nacional
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