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Tengo dolor: ¿qué tomo? (consejos de Sanitas)


En esta época del año en la que salimos, comemos y en algunas ocasiones tomamos más bebidas alcohólicas de lo habitual, en algunos momentos se hacen necesarios los analgésicos. ¿Sabes si estás eligiendo el analgésico que más te conviene en cada momento?
Para dolores ocasionales leves o moderados, como los musculares, articulares, de cabeza o menstruales, que generalmente se resuelven en pocos días, existen tres tipos de analgésicos de uso común: el paracetamol, el ácido acetilsalicílico (aspirina) y el ibuprofeno. Nos puede parecer que son más o menos lo mismo, pero no es así: tienen propiedades algo diferentes y unos están más indicados que otros para según que tipo de dolor.
Paracetamol
Reduce el dolor:
Combate la fiebre:
Reduce la inflamación: NO
¡Ten cuidado!
En dosis muy elevadas puede dañar gravemente el hígado. Las personas de edad avanzada, enfermas de hígado o con problemas de alcoholismo deben tener especial precaución.

Ácido acetil salicílico (aspirina)
Reduce el dolor:
Combate la fiebre:
Reduce la inflamación:
¡Ten cuidado!
La eficacia del ASS choca con sus frecuentes efectos indeseables , por lo que no debe tomarse en los siguientes casos: 
• Si tienes úlcera, asma, enfermedades de hígado o riñón o problemas de coagulación. 
• Combinado con alcohol, ya que incrementa el riesgo de sangrado estomacal. 
• Durante el embarazo y la lactancia. No es aconsejable su uso en menores de 16 años con infección vírica aguda, porque se sospecha que puede desencadenar una enfermedad muy grave conocida como síndrome de Reye.

Ibuprofeno
Reduce el dolor:
Combate la fiebre:
Reduce la inflamación:
¡Ten cuidado!
Se recomienda tomar con las comidas, especialmente si notas molestias digestivas.
Dolor de estómago, náuseas y diarrea son los efectos secundarios más frecuentes.
Pero también puede ocasionarte complicaciones más severas, como úlcera gastroduodenal. No se recomienda en los siguientes casos: 
• Si tienes una úlcera digestiva, gastritis o una hernia de hiato.
• Si eres asmático o padeces alguna enfermedad renal, del hígado o una enfermedad cardiovascular.
• Si estas embarazada o durante la lactancia.
• Las personas mayores deben ser muy cautas, ya que tienen más riesgo de complicaciones.

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