Allá por el siglo XV/XVI los comerciantes costeaban por el Mediterráneo de pueblo en pueblo comprando y
vendiendo sus mercancías. Había multitud de monedas diferentes, lo que suponía
un problema, pero en todos los puertos había cambistas que cambiaban el dinero
y eran reputados por su honradez. Solían trabajar en las cercanías de los
puertos y entradas de las ciudades, sobre un banco de madera. Si alguno de
ellos era pillado actuando de forma deshonesta, era despojado de su negocio y
se rompía su banco. De alli la palabra "bancarrota".
No hay comentarios:
Publicar un comentario