Dícese de la persona que se mueve con
desenvoltura en un lugar que no le es propio. En ocasiones tiene un significado
peyorativo, porque se trata de un intruso cuya actitud es impertinente,
arrogante y excesiva. Algunos autores han tratado de identificar esta frase a
Pedro I de Aragón (siglos XI y XII) aludiendo a un antiguo dicho:
"Entrarse como Pedro por Huesca", aludiendo a la poca resistencia que tuvo este
rey en la toma de esta ciudad.
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