Un estudio liderado por el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado la evolución de las formas reproductivas de los anfibios y
el paso de la puesta de huevos del medio
acuático al terrestre. El trabajo, publicado en la revista Evolution, revela que la conquista del medio terrestre
implicó un aumento en el tamaño de los huevos, así como una reducción del
tamaño de los adultos y del número de huevos por puesta.
Según explica explica el investigador del CSIC Iván Gómez-Mestre, de la
Estación Biológica de Doñana, los anfibios presentan la mayor variedad de
formas de reproducción de entre todos los vertebrados terrestres. "En este
trabajo demostramos que los anfibios ancestrales ya se reproducían por huevos
acuáticos que daban lugar a renacuajos, tal y como siguen haciendo más de la
mitad de las especies de ranas hoy en día. Se trata de un sistema que se ha
mantenido durante más de 200 millones de años", puntualiza .
La otra mitad, la que no ha mantenido el medio acuático para la puesta de
huevos, experimentó múltiples evoluciones independientes, y algunas especies
han alcanzado el desarrollo directo, en el que desaparece la fase renacuajo. "Estudiar estos cambios en las formas de
reproducción es importante, entre otras cosas, porque el resto de los
vertebrados terrestres (reptiles, aves y mamíferos) evolucionó a partir de
algún grupo de anfibios con desarrollo directo", añade Gómez-Mestre.
Según este estudio, el desarrollo directo, en el que del huevo terrestre nace
directamente una rana o un sapo, ha evolucionado desde la condición acuática a
la terrestre tanto pasando por estados intermedios como de un solo salto. En
las transiciones rápidas, se habría pasado de un desarrollo con fase larvaria
de vida libre a un desarrollo integral, en el que la cría se forma dentro del
huevo y depende por completo del aprovisionamiento materno inicial.
Huevos más grandes, adultos más pequeños
El equipo responsable de este trabajo ha demostrado que el paso a la tierra llevó asociado un aumento del tamaño del
huevo, posiblemente para reducir el riesgo de desecación.
Además, existe un equilibro en la inversión reproductiva, de forma que si
aumenta el tamaño de los huevos, cada hembra pone un menor número de ellos.
Este trabajo muestra que la transición a la reproducción terrestre conllevó también una disminución del tamaño de los adultos.
El hecho de que hembras más pequeñas pusieran huevos más grandes forzó asimismo
una reducción de la puesta y favoreció la aparición de los cuidados parentales.
No obstante, tal y como aclaran en el artículo, los distintos modos de
reproducción en anfibios siguen siendo dependientes del agua en gran
medida.