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Trabajo en equipo (2)

 


El Trabajo en Equipo es el combustible que permite a la gente común lograr resultados sobresalientes.

Menú

 


- ¿Qué hay de menú?
- Tenemos 3 primeros y 3 segundos para elegir...

-...¡MIERDA! En 3 segundos no me da tiempo a decidirme...


Vida sana

 


Ayer decidí hacer vida sana y desayunar cereales.

Mi mujer me vio y se sorprendió, pero aun más cuando le dije que quería vivir más. 

«¿MÁS QUE QUIÉN? ¿MÁS QUE YO? ¿Y PARA QUÉ QUIERES VIVIR MÁS QUE YO? ¿ES QUE TIENES OTRA?»

Y aquí estoy hoy desayunando huevos fritos con tocino.


La letra Y

 


La RAE recomienda usar un único nombre para cada letra. Según eso ¿sabes cuál es ese nombre para la letra Y?


Opciones:

a) y griega
b) i griega
c) ye

Solución: c) ye

Razones:

La letra y se denomina i griega o ye. El nombre i griega, heredado del latino, es la denominación tradicional y más extendida de esta letra, y refleja su origen y empleo inicial en préstamos del griego.

El nombre ye se creó en la segunda mitad del siglo xix por aplicación del patrón denominativo que siguen la mayoría de las consonantes, y que consiste en añadir la vocal e a la letra correspondiente (be, ce, de, etc.).

La elección de ye como nombre recomendado para esta letra se justifica por su simplicidad, ya que se diferencia, sin necesidad de especificadores, del nombre de la letra i.


Fuente: El Placer de la Lectura

Extravagancia

 


- Mami, ¿qué es la extravagancia?

- Lo que tiene tu padre, hijo, que no mueve el culo ni pa' mear.

¿Cuál es el origen de la letra española Ñ?

 


La «ñ» fue en su origen una abreviatura de «nn», uno de los dígrafos con el que se representaba inicialmente el sonido nasal palatal. El francés y el italiano optaron por el dígrafo «gn» para representarlo.

La ñ no entró en el diccionario de la Real Academia Española hasta 1803. Pero el origen de esta letra, genuinamente española, se remonta casi 1.000 años atrás. 

Para conocer cómo surgió esta icónica letra hay que retroceder a la Edad Media. 

El origen de la letra ñ lo encontramos en la Edad Media, cuando los monjes copistas y escribanos, por la falta de pergaminos y para ahorrar tiempo, se vieron obligados a abreviar algunas letras para encajar el mayor número de palabras en cada línea.

En latín, ni la letra ni el sonido correspondiente a la eñe existían. 

Pero a medida que el latín evolucionó y empezaron a surgir las lenguas románicas, como el castellano, el francés o el italiano, apareció este sonido nasal(el aire sale por la nariz) palatal (al pronunciarlo el dorso de la lengua se apoya contra el paladar) que identificamos como «eñe».

Al no existir en el alfabeto latino, los escribas tuvieron que inventar formas de reproducir ese sonido en los textos de las lenguas romance.

Hagas lo que hagas

 

Hagas lo que hagas te van a criticar, así que hazlo todo a lo grande y que se entretengan.


Pediatría

 

- ¿A qué te dedicas?

- Soy el encargado de la planta de pediatría.

- ¿Y qué haces exactamente?

- Regarla.


Estomatólogo

 

- Jo tía, ¡qué guapo! ¿Y a qué se dedica?

- Estomatólogo.

- Tía, sabrá mogollón de tomates.

- Ya, tía.


Viajes en avión

 

- Le noto nervioso. ¿Es la primera vez que viaja en avión?

- Sí, señorita azafata.

- No se preocupe, todo irá bien.

- Una pregunta, señorita. En caso de que se incendie el avión, ¿por dónde salimos?

- Por la tele.


Humor breve

 


- ¿Por qué vas tan elegante a la universidad?

- Porque tengo clase.

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- Quisiera comprar un libro sobre la fatiga y el cansancio.

- Lo siento, están agotados.

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- Oye, ¿te gusta la teoría de Einstein?

- Relativamente.

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- Mi hijo está practicando natación.

- ¿Y qué tal le va?

- Nada mal.

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- Doctor, soy asmática, ¿es grave?

- No, señora, es esdrújula.

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- El mes pasado contraí matrimonio.

- contraje.

- Claro, tenía que ser formal.

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- No me quieres porque soy daltónico, ¿verdad, Celeste?

- ¡Me llamo Violeta!

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- Oye, ¿cómo te llamas?

- No soy el ayer, ni soy el mañana.

- De qué hablas?

- Me llamo Eloy.

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- Hola, cielo, ¿cómo estás?

- Parcialmente nublado, con probabilidades de lluvia.

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- Joven, ¿podría decirme dónde vio por última vez a la señora de las empanadas?

- Por su puesto.


Carta de San Pablo

 


«¡Qué feos sois, cabrones!»


Carta del apóstol San Pablo a los adefesios*.


* adefesio: Del lat. ad Ephesios 'a los efesios', título de una epístola de San Pablo, por alus. a las penalidades que pasó el santo en Éfeso durante su predicación.

Zapatillas

 


- Estoy buscando algo que me pegue con las zapatillas.

- Luego te mando a mi madre.


Significar algo en la vida

 


Significar algo en la vida de los otros es tan importante… Hay un antiguo dicho de una tribu india que reza: «Cuando naciste lloraste y el mundo se llenó de gozo. Vive tu vida de manera que cuando mueras el mundo llore y tú te llenes de gozo».


Cita del libro La paradoja, de James C. Hunter.

La tarta y las matemáticas

 


- Papá, ¿eres bueno en matemáticas?

- Sí.

- Si corto una tarta en 3, ¿es el 0,333 de la tarta?

- Correcto.

- Pero al multiplicar da 0,999. ¿Dónde está lo que falta?

- Pegado en el cuchillo.

- Gracias, papá.


¿Cómo se vota en España?

 


Ya sabe usted que en España no se moviliza nadie (ni se vota nunca) a favor de algo o alguien. Aquí siempre se moviliza la gente (o se vota) contra algo o alguien.

(La cueva del cíclope, Arturo Pérez-Reverte)

Cita

 


«Frente a una multitud analfabeta o con escasa cultura, un tirano, pero también un revolucionario, pueden lograr resultados sorprendentes. Se encuentran ante una masa homogénea que se dejará mover con sólo una palanca»

(Ernst Jünger)

Entrevista a la vista: Tamara Sagasta



Queridos lectores, bienvenidos a “Entrevista a la vista”.
Nuestra invitada de hoy es Tamara Sagasta, una mujer que asegura hablar usando únicamente la vocal “a”.
¿Es correcto, Tamara?
—Ajá.
—Bien, comencemos con unas preguntas sencillas para conocerla un poco mejor y comprobar si es cierto eso que dice. ¿Le parece?
—¡A la carga!
—¿Cuál es su nombre completo?
—Ana Tamara Sagasta Cañada.
—¿Estado civil?
—Casada.
—¿Profesión?
—Azafata.
—¿En qué pueblo o ciudad vive?
—Casafranca.
—No lo conozco… ¿a qué provincia pertenece?
—A Salamanca.
—¿Me diría el nombre de la calle?
—Santa Bárbara.
—¿Cuál es su color favorito?
—Naranja.
—¿Su película preferida?
—Casablanca.
—¿Y alguna más moderna?
—Cazafantasmas.
—Esa es de los ochenta. Una más reciente, por favor.
—Avatar.
—Vaya, parece que viene bien preparada. Pero estoy dispuesto a lograr que diga alguna vocal que no sea la “a”.
—Fracasarás.
—Le apuesto cincuenta euros a que lo consigo.
—Va, arranca.
—Vamos allá. ¿Programa de televisión favorito?
—Pasapalabra.
—¿Y alguno que no soporte?
—Las campanadas. Vaya mamarrachada…
—¿Qué países le gustaría visitar?
—Madagascar, Panamá, Canadá, Malta, Bahamas…
—¿Dónde veranea?
—Matalascañas.
—¡Qué casualidad! Yo también.
—¡Caramba!
—¿Y qué suele hacer allí?
—Bajar a la playa cada mañana para nadar a braza hasta acabar cansada.
—¿Todos los días?
—A rajatabla.
—¿Cuál es su comida favorita?
—La lasaña, las gambas a la plancha, las patatas asadas al azafrán, la fabada…
—¿Le gusta la tortilla?
—¡Vaya!
—¿La española o la francesa?
—Ambas.
—¿Una fruta?
—La papaya.
—¿Un dulce?
—Mazapán.
—¿Su bebida preferida?
—Cava catalán.
—¿Y si no hay cava?
—A las malas… Fanta naranja.
—Caray, es un hueso duro de roer. Sigamos. ¿El mejor invento?
—La batamanta.
—¿Un refrán que suela utilizar con frecuencia?
—“La mala llaga sana, la mala fama mata”.
—¿Y su insulto favorito?
—Tragaldabas, papanatas, cantamañanas, patán…
—¿Un animal que le guste?
—La salamandra.
—¿Su fiesta predilecta?
—Carnaval.
—¿Hace ejercicio?
—Andar a largas zancadas.
—¿Y cómo ha llegado hasta aquí?
—A pata, al tran tran.
—Ya, claro. ¿Una canción de la infancia que recuerde?
—La tarara.
—¿Y un olor?
—A sábanas lavadas.
—Cuando era niña, ¿qué quería ser de mayor?
—Maga.
—¿Y aprendió algo?
—A barajar las cartas hasta machacarlas. ¡Abracadabra!
—¿Practicaba algún deporte en la escuela?
—Saltaba vallas.
—Con esas piernas, seguro que se le daba estupendamente.
—Anda, anda… calla, galán.
—¿Cuál es su merienda favorita?
—Las bambas.
—¿De crema o de nata?
—Nata.
—Ahí se lo he puesto fácil… ¿Tiene alguna manía?
—A patadas.
—Dígame alguna.
—Planchar las mantas, marcar las bragas, cantar a las plantas, alargar las faldas…
—¿Y alguna fobia?
—A las arañas.
—¿A quién admira?
—Al gran Rafa Nadal.
—¿Qué aficiones tiene?
—Cantar baladas, cabalgar la jaca, danzar bachata hasta las tantas, armar trampas para atrapar a las ratas…
—¿Su peor defecto?
—Malgastar la pasta.
—Ha dicho que está casada… ¿cómo se llama su marido?
—Baltasar Parada Cámara.
—¿A qué se dedica?
—A agarrar la azada, cavar zanjas, plantar patatas… la labranza.
—¿Qué aspecto tiene?
—Cara achatada, barba blanca rapada, gafas, gran panza, nalgas planas, patas largas… calza alpargatas.
—¿De dónde es?
—Catalán.
—¿Y qué hace cuando está en casa?
—Dar la tabarra.
—Hablemos de sus padres. Tengo entendido que pasaron por una época difícil…
—Mamá andaba amargada, aplatanada, agazapada tras las mantas…
—¿Y usted qué le decía?
—“Pasará la mala racha, mamá”.
—¿Era por culpa de su padre?
—Para nada. Papá jamás trataba mal a mamá. La amaba hasta las trancas.
—Pasemos a un tema más ligero… ¿cómo es un día normal en su vida? ¿Qué es lo primero que hace cuando se levanta?
—Lavar la cara.
—¿Y luego?
—Caca.
—Vale. ¿Qué hace después?
—Trabajar para pagar la casa.
—¿Y después de trabajar?
—A zampar.
—Claro, como todos… ¿Qué ha comido hoy?
—Patatas bravas, calamar a la brasa, caballa a la sal, pan.
—¿Y de postre?
—Manzana asada.
—¿Algún chupito después? ¿Limoncillo? ¿Licor de hierbas…?
—Pacharán.
—Vaya, no hay manera de pillarla.
—Jajajajaja…
—Y encima se ríe.
—A carcajadas.
—Dígame, ¿qué va a hacer cuando llegue a casa?
—Abrazar a Baltasar, bañar a la gata, planchar la falda malva.
—¿Y después?
—A la cama.
—¿Lo último que hace antes de dormir?
—Apagar la lámpara.
—Está bien, me doy por vencido. Los cincuenta euros son suyos.
—¡Vaya ganga, chaval!
—Ha sido muy amable concediéndonos esta entrevista, Tamara. Muchas gracias por venir.
—A mandar.
—Hasta la próxima.
—Hasta mañana.
—Y que no la pillamos en un renuncio, ¿eh?
—Jajajajaja… Anda, saca la pasta, gañán.

Tenemos que hablar

 


- Paco, tenemos que hablar.

- Dime, cari.

- Hemos terminado.

- ¿Ya? Qué conversación más cortita. Así me gustan a mí.


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