Durante una visita al palacio de Blenheim, casa ancestral de la familia Churchill, Lady Astor, el icono feminista debatía los derechos de las mujeres con Winston, al cual se le conocía por su desafección total a esta causa.
En el punto álgido de su desacuerdo, Lady Astor exclamó:
« ¡Winston, si fuese su esposa, pondría veneno en su vaso! ».
A lo cual Churchill reaccionó:
« Pues yo, Nancy, si fuese su marido, me lo bebería! ».